
Susanne Schütte
Mi interés en viajar, la curiosidad con respecto a otras costumbres y la tolerancia comienza en la edad de 10 años, cuando el viaje a La Palma era una aventura, y cuando casi nadie visitaba la "isla de los bienaventurados". Recuerdo aire claro, olor a pino, el mar azul con las olas con crestas blancas, el Bienmesabe, el queso de cabra, el folclore, una cálida hospitalidad de las gentes. No hay que olvidar los recuerdos de caminar por los senderos de La Caldera de Taburiente, las ranas croando, captura de morenas,... Con mis hijos pequeños he visitado a menudo en la isla, hoy en día las visitas se han vuelto menos frecuentes, pero siguen siendo una parte importante de de nuestra historia familiar. A todos los viajeros que deseen una experiencia tranquila, les recomiendo visitar LA PALMA.